VICENZA INTERNATIONAL JAZZ FESTIVAL
Una vez ya asentado en el trabajo, voy a dedicar más estos “posts” a hablar de los eventos y tareas más destacables para no caer en la rutina y la repetición de un trabajo que posee puntos muertos en los que no hay demasiadas cosas que hacer o por lo menos en las que yo pueda participar por la falta de conocimiento y la responsabilidad a la hora de llevarlos a cabo.
Entre los eventos más importantes, destaca el Festival Internacional de Jazz de Vicenza, el evento del año podría decirse, que no solo ofrece la posibilidad de disfrutar de conciertos para los amantes del jazz y dispuestos a pagar una entrada, sino también infinitas actividades y conciertos por toda la ciudad, en la calle, bares, salas de conciertos… Que es la mejor forma de incluir y fomentar el apoyo de los habitantes ofreciendo alternativas que quizá para algunos no entren en su rango de interés, pero que haciéndolo para todos da pie a plantearte ciertas posibilidades, ayudando a ampliar los horizontes de mucha gente.
Gracias a que trabajo en el departamento de cultura, he tenido la suerte de poseer entrada gratuita a todos los espectáculos de los que he disfrutado de algunos, teniendo en cuenta que soy un neófito en esto del jazz y todas sus variantes ha sido una oportunidad de probar cosas diferentes a las que quizá no prestaría tanta atención.
Entre otros conciertos debo destacar dos, un joven armenio llamado Tigran Hamasyan que realizó una mezcla entre el piano y sonidos de ondas de radio, extravagante, pero increíble y por el otro lado estaba Ravi Coltrane, hijo del mítico John Coltrane y su grupo, que crearon una atmósfera extraña pero vibrante de mezclas que no me esperaba escuchar.
Destacar también los conciertos en la Piazza dei Signori donde se juntó un gran número de espectadores y entre todos los eventos programados el que más nos llamó la atención aunque no participamos directamente fue la “fiesta silenciosa” en la que pagando 7€ y dejando tu documento de identidad te daban unos cascos en los que elegir entre tres tipos de música, pero lo mejor de todo es que esa música la creaban tres djs distintos desde la Basílica Palladiana y que tú decides cuál quieres escuchar. En algunos momentos se respiraba una atmosfera increible como cuando coreaban juntas un montón de personas el himno italiano junto con la imagen con luces azules, rojas y verdes de los cascos según el dj elegido.
He de decir que ha sido un experiencia que me ha sorprendido y en la que he visto desde la preparación de los escenarios a la ayuda en preparar camerinos y disfrutar de los mejores sitios. Con suerte esto despierte en mí la chispa del jazz y comience a seguirlo más de cerca.
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