Holaa,
Este
fin de semana de primeros de Mayo ha sido un poco diferente porque el
lunes era fiesta en Inglaterra por la festividad que conmemora la
victoria aliada. Además,
vinieron a visitarme mis padres, aunque yo no pude quedar con ellos
hasta el viernes a la tarde después del trabajo, que lo aproveché para
enseñarles Paignton. Otra cosa
diferente ha sido el tiempo veraniego que hemos disfrutado, más de 25° ,
que nos han llevado a pensar que estábamos en la Costa Mediterránea.
El
sábado, nos cogimos el tren clásico de vapor que cubre una ruta
turística costera entre Paignton, Kingswear y Torquay. Nosotros sólo
cubrimos el tramo entre Paignton y Kingswear. Ida y vuelta. Es
una experiencia alucinante viajar en un tren que data de finales del
siglo XIX. La línea fue fundada en 1864 y los actuales vagones o las
máquinas que usan son impresionantes porque son muy antiguos y guardan
el sabor de los años 20 del siglo pasado.
Nos
bajamos en Kingswear y de ahí se pasa a Dartmouth en 5 minutos en
ferry. Allí, también nos apuntamos a un mini-crucero por el río Dart, que
estaba incluido en el precio del billete del tren. En el barco, nos
comentaron algunos detalles sobre la zona, que realmente fue un lugar de
pescadores y, sobre todo, refugio de piratas de toda especie. La
verdad es que, si te fijas un poco en cómo es el lugar, cómo de
caudaloso es el río y la forma de las orillas, enseguida entiendes el
por qué de las historias de piratas.
Cominos
en un restaurante llamado SLOPING DECK, que me llamó mucho la atención
porque el edificio era de 1634 y se conservaba casi tal cual con su
chimenea, paredes, techos y tejado originales. La comida estaba
estupenda porque al contrario de lo que se pudiera pensar, para ser UK,
los platos se basaban principalmente en los pescados y vegetales, además
de que el precio fue equilibrado. Los postres…, una tentación. Todo un descubrimiento. Muy recomendable.
Ah!.., casi se me olvida!!!
Ese
día a la tarde regresamos a Paignton en el mismo tren y nos dimos una
vuelta por la zona del Pier en donde nos encontramos con una
concentración motera llena de gente y personajes de lo más peculiares.
Motos increíbles, atracciones, puestos de comida, de ropa, gafas y demás
enseres para los seguidores de esta afición. Incluso se vendían motos
de precios increíbles y todo ello regado de conciertos y música rock por
todos lados.
El
domingo, cogimos un coche alquilado y nos fuimos a Bath, una ciudad que
siempre me ha interesado por sus termas romanas. Algo “romano” no parece
típico de Gran Bretaña, pero las termas de Bath es uno de los recursos
turísticos más importantes de Inglaterra. Como ves, en UK hay vida más
allá de visitar Londres o Liverpool.
Las
termas de Bath es un complejo romano que está en muy buenas condiciones
y ello se nota en cada uno de los elementos arquitectónicos del
recinto. Las termas están debajo del edificio, es decir por debajo del
nivel de la calle.
El complejo está dividido en varias zonas:
- El templo Romano
- Los baños romanos
- El Manantial Sagrado
- La Casa Museo
Te
entregan un audio-guía en todos los idiomas, que se incluye en el precio
de la entrada y se puede visitar todo el complejo en hora y media o
así.
El
audio-guía (por fin me libré del inglés por un rato) te explica cómo
las termas fueron ya descubiertas por los Celtas y el primer baño dicen
que fue hacia el Siglo IX a.C. Los romanos se encargaron de explotarlas a
modo de centro de relax y descanso. Menuda
vida que se machacaban los romanos, cuidaban todos los detalles:
piscinas, calefacción, vapor, aguas a distintas temperaturas…etc, etc. Hay una fuente en donde incluso puedes beber el agua que sale del manantial a 95ºC.
Ese
día en Bath pude contemplar y sufrir el calor británico que nadie
conoce: 28ºC , porque ya sabes que el tiempo no es realmente lo mejor
que tienen aquí.
Fue un día estupendo.
El lunes era lo que aquí llaman “Bank Holiday” y yo no tenía que trabajar, así que pude aprovechar un día más con mis padres.
Lo
aprovechamos para visitar Greenway House; la casa de veraneo de Agatha
Christie a quien todos conocemos por ser la famosa escritora británica
especialista en novelas de género policial y misterio.
Su
primera novela data de 1920, en plena época de la Primera Guerra
Mundial: “El misterioso caso de Styles”. Aquí es en donde apareció por
primera vez su personaje más importante, el detective Hércules Poirot
que se convirtió en habitual en la mayoría de sus novelas.
Dentro
de la casa pudimos ver todas las habitaciones, el dormitorio y el
despacho en donde solía escribir sus novelas, además de los inmensos
jardines llenos de verde, árboles y flores de todo tipo que rodean la
casa.
Las
vistas del río Dart desde la casa y jardines es espectacular y con el
día que hacía, aquello era lo más parecido al Paraíso que recuerdo.
Un
dato curioso es que hacia el año 1976 con la muerte de Agatha, la casa
quedó en estado de abandono hasta que en 2005, una vez fallecidos la
hija y el yerno de la escritora, el “Patrimonio Nacional” se hizo con la
propiedad y la restauró de la ruina en que se encontraba gastándose en
el empeño 6 millones de libras.
Un pastizal…
La
casa mantiene todo original y ese ambiente de primeros del siglo XX,
además ambientan la visita con música de Swing y Jazz de la época que
hace que esperes ver a Fred Astaire salir bailando en cualquiera de los
enormes salones que contiene.
Después de un fin de semana tan largo y movido, el martes me tocaba trabajar y a mis aitas volver a Bilbao.
Hasta la próxima.
Byeeeeee…
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